De acuerdo con las leyes de Hamer, el concepto formal de “enfermedad” me cambió por completo. La entendí como una ruptura con la concepción tradicional al entender que la enfermedad aparece para salvarnos, como un aliado para poder sobrevivir. Es una reacción de supervivencia del cerebro de manera inconsciente para responder a un estrés que supera el límite de una persona, cuando se enfrenta a un hecho que lo percibe como dramático, inesperado, vivido en soledad y sin solución aparente; teniendo un impacto a nivel psíquico, cerebral y orgánico.
Esta tiene dos momentos, un primer evento que es el conflicto programante ya que la persona lo vive intensamente, es el momento en el cual el cerebro aprende que está en conflicto y es claro que aquí no se presenta la “enfermedad”. Y un segundo momento o conflicto que se presenta con hechos diferentes que generan la misma emoción del conflicto programante que lleva al inconsciente a activar esa parte del cerebro con el programa, que es el desencadénate y es en este momento que aparece la “enfermedad”. Cuando se desprograma, lo primero que hay que buscar es el desencadenante más reciente que lo lleva al programante.
Además las “enfermedades “tienen dos fases, la primera, que es la simpaticotonía que es el momento en el cual se presenta el estrés y la segunda, la parasimpaticotinía o vagotonía que es el momento de la reparación.
También que la “enfermedad” es un programa especial con sentido biológico (SBS), la cual indica que a lo que no le encontramos una solución lógica el cerebro a nivel inconsciente le busca una solución biológica, cuando no hay una solución exterior a un conflicto hay una solución interior de supervivencia, para protegernos. Es una solución de adaptación que nos hace evolucionar.