Fui al gimnasio y cuando manejaba camino a casa recibí un mensaje de que verificara por que al parecer me había llevado unos guantes que no eran los míos. En ese momento me dije: «van a pensar que soy una tonta por que no es la primera vez que me pasa.» Iba de camino d regreso ensayando la excusa y la disculpa. Me hice una película en la mente pensando que la persona se había marchado del lugar molesta, mientras yo sentía malestar en incomodidad por mi «tonto descuido».

Tuve prisa en regresar por lo que hice un viraje indebido que casi me cuesta un accidente.

Al llegar la señora estaba muy sonriente esperando en la puerta, intercambiamos guantes, me dio las gracias con un «no pasa nada» y se marchó.

Me di cuenta de que aún en ocasiones me cuesta controlar la vorágine de pensamientos que surgen cuando me equivoco, mayormente de vergüenza. Fui consciente de que aun tenía un programa activo de temor a la crítica y a ser regañada públicamente por equivocarme.

Hacer el ejercicio de este foro me ayudó a crear conciencia de lo ocurrido, a tener esa comprensión amorosa conmigo misma y ver como la ansiedad que me provocó haberme equivocado solamente me expuso a equivocarme aun mas, al extremo de que pude accidentarme.