Desde siempre he sentido a nivel transaccional, que existe en los demás un deseo de estafarme, robarme, engañarme, complicarme o hasta matarme comercialmente.
Al principio, siempre me pareció que era algo valioso en mí, darme cuenta que lo veía y podía prevenirme y desactivar esta posibilidad antes que ocurriera, pero con el tiempo comprendí que más que una habilidad, era en mí una pesada carga.
Como cronológicamente aprendí que algo que es “desde siempre” viene desde el vientre de mama, me propuse entender porque aún tengo ese ciclo biológico memorizado, repitiéndose.
Uniendo piezas, recordé que mi mama me concibió bajo engaño a mi papa. Le dijo oportunamente que ella no tenia posibilidades de quedar embarazada, cuando en realidad, su ánimo era lograr tener un varón, luego de 3 niñas.
Se que mi papa no quería mas hijos y si bien nunca me lo confirmaron siento que en algún momento pudo evaluarse más de parte de mi padre, que, de mi madre, la posibilidad de interrumpir el embarazo.
Tengo cuerpo de traición y que peor traición hay que “jalar” un alma para encarnar para luego cortar su viaje. Con esa emocionalidad vuelvo a conectar, cada vez que “se está gestando” una posibilidad de negocio y debo firmar un contrato o cerrar un acuerdo. Cada gestación es un recorrido por ese sendero de engaño, potencial traición y muerte.
Ahora entendí. Ahora, al hacer consciente lo inconsciente, puedo liberarme.