En una ocasión mi jefa me mando llamar a su oficina y me pregunto si siempre faltaba así o le había tocado mala suerte (era recien llegada y yo había faltado por enfermedad de mis hijos), en ese momento sentí mi estomago raro, mi corazón latió más rápido y mi voz temblaba. Para rematar el reprendo me dijo que que hacia ahí en la prepa trabajando, si mis hijos y mis pacientes me necesitaban. Lo único que pude decirle fue que ella nunca me iba a entender porque no tenía hijos, además de que ellos también comían.

• Este debate fue modificado hace 5 meses por Maria de Jesus Luna Muro.