Gloria Giraldo: G23

Las personas se vuelven adictas a personas, sustancias o comportamientos para lograr desempeñar un papel un rol que no lograron incorporar en sus emociones; un Padre o Madre ausente, abusador, castrante, asfixiante, pueden desencadenar sentimientos y emociones que las personas no logran procesar por efecto o por defecto y se genera una problemática o confusiones que lo imposibilitan para trascender o transitar situaciones que vivieron y que no saben gestiona por que no tuvieron el apoyo o la comprensión de padres cuidadores para procesar, estos dolores, heridas emocionales que con toda seguridad salen a flote en la edad adulta o antes.

Esmeralda Verduzco Gonzalez G23 – Una persona se vuelve adicta cuando se activan emociones como el miedo, la falta de autoestima, la soledad, la inmadurez emocional, la inseguridad, ganas de huir de la responsabilidades o de la realidad de la vida propia, esto genera una ansiedad que los lleva a ansiar o a buscar droga «para no sentir» – el abuso de esta desencadena un aumento de dopamina – entonce surge un «querer» – en el cerebro y con el aumento de la droga surge el más «querer» – en la Biodesprogramacion las drogas están ligadas a los conflictos no resueltos de cada individuo con origen del sistema familiar que representa el adicto, es decir representa el problema del sistema familiar no resuelto.

Una persona puede volverse adicta, por conflictos no resueltos, emociones reprimidas, situaciones que aparentemente no tienen solucion, y encuentra un escape a su situacion,mediante el uso de sustancias o adoptando un comportamiento nocivo recurrente, cambiando su realidad momentáneamente ya sea con la finalidad de suprimir un dolor,y recuerdos no placenteros.

Según la Biodesprogramación, una persona puede volverse adicta a sustancias, comportamientos o personas debido a una «programación» en su mente y cuerpo, que puede ser resultado de:

1. Creencias limitantes: Patrones de pensamiento negativos y creencias limitantes que llevan a buscar escapes o soluciones temporales.
2. Emociones reprimidas: Emociones no procesadas o reprimidas que buscan expresarse a través de comportamientos o sustancias.
3. Traumas y experiencias pasadas: Experiencias traumáticas o dolorosas que pueden llevar a buscar mecanismos de afrontamiento inadecuados.
4. Falta de autoestima y amor propio: La búsqueda de validación y amor a través de fuentes externas, como sustancias o personas.
5. Patrones de comportamiento aprendidos: Comportamientos aprendidos en el entorno familiar o social que pueden llevar a la adicción.

Genética: Algunas personas tienen una predisposición genética a desarrollar adicciones. Esto puede influir en cómo sus cerebros responden a las sustancias o a las relaciones.

Vacíos emocionales: La falta de autoestima o sentir un vacío emocional puede hacer que las personas busquen llenar ese espacio con sustancias o relaciones intensas, a menudo de manera inconsciente.

Jessica Tejeda

Una persona se vuelve adicta debido a un conjunto de situaciones, para empezar por los vacíos y carencias emocionales que sufrió en la infancia, también influye el medio ambiente donde el adolescente se desenvuelve posteriormente y finalmente el sistema de recompensas del cerebro que hace que un individuo pase de probar una sustancia a consumir asiduamente y llegar a una adicción.

Según la Biodesprogramación, la adicción se entiende como una respuesta a conflictos emocionales no resueltos y experiencias traumáticas. Esta perspectiva sostiene que las adicciones no son simplemente el resultado de una falta de voluntad o debilidad, sino que están profundamente arraigadas en la historia personal y en los patrones emocionales de cada individuo.
Desde este enfoque, una persona puede volverse adicta a una sustancia, comportamiento o persona debido a:
1. **Conflictos Internos**: Las adicciones pueden surgir como una forma de intentar resolver conflictos emocionales o psicológicos. La sustancia o el comportamiento se convierten en una manera de escapar del dolor, la ansiedad o la tristeza.
2. **Memorias y Experiencias**: Las experiencias traumáticas, especialmente aquellas vividas en la infancia, pueden generar patrones de comportamiento que se repiten en la vida adulta. La adicción se puede ver como un intento de reexperimentar o modificar esas memorias dolorosas.
3. **Búsqueda de Placer o Alivio**: La persona puede buscar en la sustancia o el comportamiento un alivio temporal de su sufrimiento emocional, creando un ciclo de dependencia en el que la adicción parece ser la única solución viable para manejar sus emociones.
4. **Identidad y Conexión**: En algunos casos, las personas pueden volverse adictas a relaciones o comportamientos que les ofrecen una sensación de identidad o pertenencia, especialmente si han experimentado soledad o aislamiento.
En resumen, la Biodesprogramación enfatiza que para abordar una adicción, es crucial identificar y trabajar en los conflictos emocionales subyacentes y reprogramar la respuesta emocional hacia esos traumas.