En mi opinión, deberíamos enseñarles a los niños desde una edad temprana para que aprendan cómo funciona el universo. Comprender y aplicar estos conceptos desde la niñez, practicándolos sin ser juzgados, sería la manera ideal de empezar la vida. Estos principios serían parte de sus vidas desde el principio, permitiéndoles ver el impacto en ellos mismos y en los demás. Les enseñaría cómo estamos interconectados, cómo los pensamientos tienen influencia y cómo nuestras acciones y comportamientos tienen consecuencias. Personalmente, me hubiera encantado aprender esto desde joven y no a los 50 años.