La anatomía es fundamental para un biodesprogramador porque permite entender cómo está estructurado el cuerpo humano y cómo se relacionan los diferentes sistemas y órganos. Este conocimiento es clave para identificar posibles conexiones entre síntomas físicos y conflictos emocionales o mentales, que es lo que como biodesprogramadores buscamos entender.
Conociendo bien el cuerpo, puedes asociar de manera más precisa qué áreas podrían estar afectadas por determinadas emociones o traumas, y así dirigir tus técnicas de desprogramación de una manera más efectiva.