Si el llegar a la vida adulta lo puedo considerar a partir de los 18 como lo marcan las leyes biológicas o civiles, pues el llegar a mi etapa adulta se presentó dentro de la normotonia.
Las vivencias que me compartieron mi familia de origen fueron de un entorno muy tranquilo más inclinado al ambiente sano, lleno de buenas relaciones y vínculos de afecto, sin embargo una marcada falta de mi padre y baja autoestima por el bullin de la escuela. Esta etapa duró bastantes años hasta que se involucra la pérdida de mi primer embarazo a los 27, el salir de mi país, el enfrentarme a otras culturas, idiomas, costumbres, personas diferentes y el entrar en la vida de matrimonio, me regalaron la oportunidad de conocer otras etapas en mi ser que me enfrentaron a circunstancias de cambios, de estrés, de amor, de aventura y drama existencial. Mi historia de vida.
Mi mundo a su forma estuvo rodeado de color rosa o al menos así lo percibía, el entrar al mundo de los adultos me hizo ser feliz, hasta que me enfrenté a las codependencias afectivas que tuve en mi infancia. Muy seguido escuchaba de las personas comentarios de nosotros a mi mamá de que las hijas que tenía se veían maduras para su edad, la realidad es que sí fuimos muy independientes, desde muy niñas ya que a muy corta edad interactuaba con el mundo que me rodeaba. Claro que aquí en la ciudad eran otros tiempos más tranquilos. Los peligros de ahora sólo existian en las ciudades grandes y de forma menos violentas para la población. Eso me ayudó a desenvolverme mejor en la ciudad donde vivía. Por otro lado, el caos en mi vida y las catarsis existenciales me llevaron a encontrar salidas mas sanas, terapias, psicólogos, charlas, conferencias, cursos, diplomados, talleres, una maestría, diversos estudios y una vida espiritual práctica me llevaron a entender y comprender mejor los matices de sufrimiento y caos que llegué a sentir. Claro que la madurez que ahora he sentido, ya que estoy en una etapa más adulta de mi vida, la he sentido con más templanza, la he logrado ver con ojos de compasión y empatía, hacia mis padres, familiares y mi historia de vida. Gracias al instituto, y a ti Fabis por compartir tu historia y por formar parte de mi proceso de vida. Saludos y bendiciones.