Inicio › Foros › Foro de la materia 09: conflictos de comportamiento ii › Como llegue a mi vida adulta?
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cuetobarojasa@gmail.com.
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a las #185679
Cris437110@gmail.com
ParticipanteG43 Ma. Cristina Escobedo Flores
Creci insegura, desconfiada, temerosa, debido a la falta de metas en comun y a la inestabilidad de mi familia.Creci enmedio del anhelo, esperando comprencion, cariño, valorizacion, union familiar, amor incondicional y comunicacion. Ahora lo Triste no es, que fue lo que mis padres me dieron, que me enseñaron, lo Triste es darme cudnta de que es lo que yo di, que es lo que yo he dado, me sentia desvalorizada, que la vida no tenia sentido, que era injusta, que no meresia, tan solo conyaba con una pequeña lucesita mi hijo y cada dia que crecia se alejaba de mi, me hice codependiente de su amor de su cariño para ser fuerte ante las adversidades, las cuales me programe me he dicho a mi misma, «por mi hijo salgo adelante, soy fuerte me levanto amandolo mucho pero haciendole daño, por quererlo protejer, para que el no pasara, no viviera, no sufriera lo que me habia tocado vivir mi hijo es mi mas hermozi y preciado regalo que he tenido incondicionalmente pero que lo he cobdicionado por mis miedos, frustraciones y creencias limitantes por falta de proteccion, apollo y comprencion en mi niñez y adolesencia..
Al estudiar en el Diplomado me di cuenta que es crecer, aprender y desaprender, sanar, liberar, estoy trabajando en mi amor hacia los demas, propio y hacia mi hijo, lo he soltado, lo amo libremente, dejandolo ser, dandole respeto, aceptacion , su libertad de mereser. Gracias! La Clase me volo los Cesos, esos, esos programas que almacene en mi memoria.
Me siento feliz libre de ser y meresedora de ser, dar y recibir.*Cuales son mis adicciones?
Querer tener la razon, querer tener el control de todo, ser posesiva, y no dar la libertad, ni ser libre, me resisti por muchos años, queria ser libre y renegaba por no saber como serlo, era como:
«El pajaro en la jaula, con la puerta habierta, tenia miedo a lo desconosido, Salia y me regresaba, tenia miedo volar emprender el vuelo y no regresar atras je.je.je..a las #186034javier.oviedo87@gmail.com
ParticipanteLlegué adaptándome a resolver y entender lo que es vivir en un hogar caótico con un padre alcohólico, crecí esperando la aprobación de mi entorno, crecí creyendo que tenía que ser algo muy valioso como para ser aceptado, para que se quedar a mi lado y no ser rechazado como mi padre me hizo sentir con su constante alcohol.
a las #186226Araceli Salinas
ParticipanteCrecí en una familia rígida, donde las reglas eran claras y casi inamovibles. Mis padres, con la mejor de las intenciones, buscaban protegernos del mundo exterior. Ellos estaban centrados en sus hijos, dedicaban su energía a cuidarnos, pero en ese cuidado también había control, miedo y poco espacio para que nosotros aprendiéramos a experimentar la vida por nuestra cuenta.
Esa forma de crianza me marcó profundamente. Desde niña aprendí que era mejor obedecer que cuestionar, cumplir que expresar, callar que incomodar. La sobreprotección me enseñó a vivir dentro de límites muy estrechos. Me daban seguridad, sí, pero también me hacían sentir que el mundo era un lugar demasiado peligroso y que yo, por mí misma, no tenía las herramientas para enfrentarlo.
Al crecer en un hogar así, llegué a la adultez con una sensación de vacío interior. Tenía necesidades que nunca fueron escuchadas del todo: la necesidad de ser vista tal como era, de ser aceptada en mi autenticidad, de equivocarme sin miedo al juicio. También llevaba conmigo deseos que habían quedado guardados: deseos de libertad, de tomar decisiones, de explorar quién soy más allá de lo que mis padres esperaban.
Me encontré con que mis sueños y anhelos estaban limitados, porque en mi infancia aprendí a desear solo aquello que era aprobado o permitido. Descubrí que había partes de mí que se quedaron detenidas en el tiempo, esperando el permiso de alguien más para salir a la luz.
Entrar en la vida adulta fue como despertar de un largo sueño. Me vi con responsabilidades, con decisiones que tomar, con un camino por delante, pero también con muchas inseguridades y miedos que venían de ese pasado. A veces me sentía fuerte, porque la disciplina y la estructura me habían enseñado a sostenerme. Pero, al mismo tiempo, me sentía frágil, porque no había aprendido a confiar plenamente en mí.
Hoy entiendo que mi historia familiar fue disfuncional en muchos aspectos, aunque también estuvo llena de amor en la forma en que mis padres sabían darlo. Reconocerlo no significa culpar, sino comprender. Comprender que las carencias emocionales que cargo no son un defecto, sino huellas de la manera en que fui criada. Comprender que mis padres hicieron lo que pudieron con lo que tenían, y que ahora me toca a mí continuar con lo que necesito.
Ser adulta, para mí, se ha convertido en un proceso de sanación. Estoy aprendiendo a escuchar mis propias necesidades, a validar mis deseos, a dar espacio a mis anhelos sin sentirme culpable. He descubierto que puedo ser madre de mí misma: menos rígida, más paciente, más amorosa.
Mi infancia me marcó, sí, pero no define por completo quién soy. Hoy sé que puedo transformar esas heridas en aprendizajes y esas limitaciones en fuerza para crear una vida más auténtica y libre.a las #186324monquiquis34@gmail.com
ParticipanteMATERIA 8 CONFLICTOS DE COMPORTAMIENTO II
PROF. DRA. YADIRA FABIOLA GUZMÁN ESQUEDA
Nombre del Alumn@: MÓNICA ELVIRA BECERRIL ORTÍZ
No. Alumn@: DG43M3910
Generación: 43
Fecha: 15 DE SEPTIEMBRE DEL 2025.Llegar a la vida adulta, emocionalmente hablando, no es solo cumplir una edad o asumir responsabilidades externas, sino un proceso interno de maduración. Describirlo en varias dimensiones:
Autonomía y responsabilidad:
o Comienzas a sentir que tus decisiones tienen un peso real, y que eres responsable de ti mismo y de lo que construyes.
o Surge un equilibrio entre la libertad de elegir y la consciencia de las consecuencias.
Identidad y autodefinición:
o La adultez implica reconocerte con tus fortalezas y vulnerabilidades, aceptando tu historia.
o Es el momento en que dejas de buscar tanto la aprobación externa y comienzas a validar tu propio camino.
Gestión emocional:
o Aprendes a contenerte, a regularte y a comprender que las emociones no son enemigos, sino señales de lo que necesitas.
o La madurez emocional consiste en responder, no solo reaccionar.
Relación con el pasado:
o Llegar a la adultez significa mirar atrás con una nueva perspectiva, resignificar heridas y aprendizajes, y dejar de vivir únicamente desde lo que faltó.
o Es integrar a tu niño interior sin que tome el control de tu presente.
Proyecto de vida y trascendencia:
o Se abre la conciencia de que tu tiempo y tu energía son limitados, por lo que eliges qué cultivar, con quién caminar y qué legado quieres dejar.
o Es un momento de buscar propósito, no solo logros.
«Llegar a la adultez es abrazar la responsabilidad de mi vida, integrar lo que fui y elegir lo que quiero ser, aprendiendo a caminar con libertad, compromiso y amor propio.»a las #186333Othón G43
ParticipanteA veces me detengo en medio del caos cotidiano y me pregunto: ¿ cuándo exactamente crucé esa línea invisible que me convirtió en adulto? No hubo una fecha marcada en el calendario, ni una ceremonia que lo anunciara. Simplemente, un día, me encontré tomando decisiones que antes parecían lejanas, cargando responsabilidades que antes delegaba, y sobre todo, mirando la vida con una mezcla de realismo y gratitud que solo el tiempo sabe cultivar.
Mi llegada a la adultez no fue un salto, fue un proceso. Un camino lleno de contradicciones, dudas, aprendizajes silenciosos y momentos que, aunque pequeños, marcaron profundamente mi forma de ver el mundo. La infancia me ofreció refugio, pero también sembró las primeras preguntas sobre quién era y qué lugar ocupaba en el universo. La adolescencia, en cambio, fue una etapa de rupturas internas: aprender a cuestionar, a desaprender, a perder cierta ingenuidad.
No fue una etapa cómoda. Recuerdo cómo trataba de encajar, cómo me debatía entre lo que los demás esperaban y lo que yo realmente sentía. Y aunque en su momento dolía, ahora entiendo que todo ese ruido era necesario. Era la manera que tenía la vida de invitarme a construir mi propio criterio, mi voz, mi forma de habitar el mundo.
La adultez comenzó a tomar forma cuando empecé a hacerme cargo de mí mismo, no solo en lo práctico, sino también en lo emocional. Asumir mis errores sin culpar, sostener mis elecciones sin justificar, cuidar mis vínculos sin esperar perfección. Aprendí que crecer no es volverse invulnerable, sino todo lo contrario: es permitirse sentir, reconocer los límites y seguir caminando aun cuando el camino no está claro.También comprendí que ser adulto no significa tener todas las respuestas. De hecho, muchas veces me siento tan perdido como antes, pero ahora tengo más herramientas y más compasión conmigo mismo. Descubrí que la madurez no llega con los años, sino con las veces que elegimos enfrentarnos a lo que duele, y transformarlo en aprendizaje.
Hoy sé que la vida adulta no es un destino, sino una construcción constante. Es aprender a convivir con la incertidumbre, a celebrar los logros pequeños, a pedir ayuda sin vergüenza, a soltar lo que ya no suma. Es tener el coraje de mirarse con honestidad y también con ternura.
Así llegué a la vida adulta: caminando, cayendo, preguntando, sanando y, sobre todo, eligiendo. Cada día, una versión un poco más completa de mí.
a las #186378cuetobarojasa@gmail.com
ParticipanteHoy puedo mirar sin juicio que llegue a la vida adulta con una gran carencia de amor, contención apoyo emocional y en la búsqueda de aprobación, seré honesta en algunos momentos me cacho de seguir buscando. Desde estás carencias mi entorno de amistades, decisiones y porque no decirlo mi pareja la busque desde ahí, por mucho tiempo me sentí fuera de todo como si no perteneciera a nadie ni nada. Desde muy pequeña mi anhelo de ser grande fue muy profundo, yo sentía que dentro de mi había un inmenso amor para dar, hoy que la vida a sido tan generosa por las herramientas que me brinda, me doy cuenta que ese gran amor era el que no me permita dar yo misma y mi hija fue la que me lo venía a mostrar.
Hacerme adulta he de confesar que ya sido fuerte, es fácil decir que abrazo mi oscuridad, pero a veces quisiera esconderme como cuando era una niña, también soy más consciente de salir de mi caos en un tiempo más corto a comparación de antes.
Hoy cada acción, evento que vivo mi pregunta es: desde donde estas accionando desde la adulta o desde la niña, porque esto me hace sentir un equilibrio sin sentirme lastimada o incluso sentirme víctima, porqué me permite colocarme como prioridad. -
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