Ahora entiendo con amor mi cuerpo y como este ha ido cambiando por las heridas emocionales no sanadas. El abandono, rechazo y humillación que he vivido en diferentes etapas de mi vida y desde mis ancestros, es lo que ha transformado mi cuerpo y lo ha hecho para protegerme. El no tener mi lugar en la familia me ha reflejado desde muy pequeña caderas anchas. Y ahora me doy cuenta de que cada vez que yo no me doy mi lugar estas aumentas su tamaño. Así como los alimentos que consumo por reflejan mi falta de relación con mi mama.