Aunque no hay una edad para poder empezar aplicar el conocimiento y sabiduría que nos dan las leyes universales, si éstas se enseñaran a la edad de 10 años habría una generación de jóvenes con plena conciencia de su de su relación con el «Todo», con su relación con el universo y también con sus semejantes. Estos niños y después jóvenes y adultos estarían muy consientes de su mundo interior pues sabrían que con esto estarán afectando su mundo exterior. Sin duda jóvenes responsables de sus acciones, conscientes que todo lo que hagan en la vida tendrá una repercusión para bien o para mal. Toda una generación de hombres y mujeres que vibrarían muy alto de acuerdo a los mas altos sentimientos de amor, perdón, servicio y aunque nadie escapa a la ley de ritmo, tendrían el conocimiento y la sabiduría para poder elevarse por encima del péndulo cuando éste se encuentre en su nivel mas bajo. Tendríamos sociedades y gobiernos justos puesto que ésta generación de niños educados tendrían la vocación de servicio para ayudar e interesarse realmente en su prójimo y no en sus intereses personales. El principio de generación se vería evidenciado en su fuerza creativa, aplicándola para el desarrollo científico, económico y social de la humanidad y no para inventar armas de destrucción masiva como sucede actualmente. Aunque el ser humano no es perfecto, estaríamos hablando de un mundo casi perfecto o ideal donde todos nos esforzaríamos para vibrar mas alto y estar en plena armonía con el «Todo», el universo y con nosotros mismos y nuestro semejantes.