Llegó una clienta al salón y antes de sentarse empezó a pedir un cojín para los lumbares y un vaso de agua. – Pensé uffff cómo viene de exigente hoy!!
Y efectivamente mi pensamiento atrajo más exigencias por su parte.
A la hora de peinarla me dijo que como se lo estaba haciendo no le iba a durar, examiné mi cuerpo y mis pensamientos…. noté presión en el pecho ,enfado y mis pensamientos eran de pedir a otra persona que la peinara. Pero como fui consciente de que esa situación la había atraído yo , con mi mejor sonrisa empecé a marcar su cabello de otra manera y quedó encantada.