La crisis de sanación es una fase temporal que puede surgir durante o después de un proceso terapéutico, en la que la persona experimenta una intensificación de síntomas físicos, emocionales o mentales. No se trata de un retroceso, sino de una respuesta biológica y energética del cuerpo al liberar información reprimida.
Cuando una emoción, trauma o conflicto que ha estado encapsulado en el inconsciente empieza a aflorar, es común que el cuerpo y la psique reaccionen como si «removieran» capas profundas. Esto puede manifestarse con llanto, irritabilidad, cansancio, sueños intensos, malestares físicos (como dolor de cabeza, náusea o fatiga), o incluso dudas existenciales. En términos de biodesprogramación, es la señal de que el cuerpo está reacomodando sus programas biológicos y emocionales.
Conocer la crisis de sanación es fundamental por dos razones:
1.- Evita que la persona abandone el proceso creyendo que algo está «mal». En realidad, lo que está ocurriendo es parte del proceso de limpieza y reordenamiento interno.
2.-Nos permite acompañar con mayor conciencia y empatía, tanto a nivel terapéutico como personal, sabiendo que todo lo que «sube» a la superficie es lo que está listo para ser liberado.
En resumen, la crisis de sanación es un puente necesario entre la herida y la transformación. Comprenderla es honrar el tiempo del cuerpo, la sabiduría del inconsciente y el valor del proceso de sanar.