Una acción cotidiana la realizamos desde nuestra parte racional y de manera automática como es el hecho de bañarte, comer, respirar y en un acto simbólico estas acciones toman un matiz diferente, con mayor profundidad, con una intención y utilizando más la intuición y el corazón, por ejemplo al bañarte le puedes pedir al agua que te sane y visualizar el agua con un color verde e imaginar y/o sentir como este chorro de agua va eliminando todo lo malo de tu cuerpo.