Soy la mayor de los hermanos, mis papás frecuentemente tenían discusiones y no se hacían cargo resolviendo por ellos mismos, yo muchas veces me daba cuenta de sus peleas y buscaba la forma de que se reconciliaran y mediaba de ambos lados para que estuvieran en paz. Conforme pasaron los años fui mediando cada vez más, al punto de yo ser la que coordinaba a todos en casa, yo planificaba viajes, reuniones familiares, etc. Eso me hacía sentir como con mucho poder.
Ya lo logré detectar cuando me tocó a mi ser mamá, la relación con el papá de mi hijo no funcionó y creo que de mi parte fue porque yo no logré soltar esa figura de la mediadora en medio de mis padres. Ya con mucha terapia, lo logré soltar y ahora me hago cargo de mi propio hogar.
Con la clase pude hacer conciencia de que ahora elegí una pareja, que es el segundo de los hijos, o sea, yo sigo siendo la mayor, yo decido casi todo en casa y él sede, por ser el menor en relación con el número de hermanos que cada uno fue en su núcleo familiar de pequeños.