Al profundizar en estas leyes, empecé a identificar muchas creencias limitantes que he cargado por años. Una de ellas era pensar que solo debía gastar en lo «necesario», que desear más era ser poco realista o irresponsable. También tenía la idea de que no podía hacer muchas cosas al mismo tiempo, como si estuviera mal tener múltiples pasiones o proyectos. Pero al entender la Ley del Mentalismo, comprendí que mis pensamientos están moldeando mi realidad. Y si lo que creo en mi mente se manifiesta afuera, ¿por qué no permitirme pensar en grande?

La Ley de Vibración me mostró que todo lo que siento y pienso emite una frecuencia, y que esa energía se atrae. Entonces, si quiero atraer abundancia, paz o amor, necesito vibrar en esa sintonía. Y eso parte de lo que me digo a mí mismo cada día.

Este tema me ha ayudado no solo a tener una mejor comprensión del mundo, sino también a tomar más responsabilidad de cómo estoy viviendo y qué estoy creando con mis decisiones, emociones y pensamientos.