Todo adulto sin excepción venimos cargando heridas de la infancia, desde el momento que sufrimos la separación de nuestra madre cuando nacemos, ya se genera una especie de trauma el cual dependiendo de como se lleve acabo el cuidado y la crianza se irá subsanando o generando más traumas. Es imposible que no se generen heridas de la infancia, por ejemplo, si es un niño abandonado porque los padres trabajan o porque no lo supieron cuidar o porque él percibe que no le ponen demasiada atención aunque no sea así, ya se generó la herida de abandono. O si por el contrario, es un niño muy protegido, super cuidado al cual le dan y le hacen todo, se genera otra huella que puede ser la de «yo no puedo solo», etc etc, es decir, no hay humano que no crezca con alguna huella, eso quiere decir que todos debemos de trabajar en nosotros mismos, porque de ello depende que no se generen tantas emociones negativas las cuales al final son las que nos enferman, cuando a final de cuentas, son meras percepciones nuestras y no precisamente realidades.