Esta es una discusión que tiene origen desde hace siglos cuando se dío inició al estudio de las materias que tenían que ver con la expresión de las emociones, como las artes; es tan antiguo y sin embargo, el hombre no logra tener una introspección liberadora que le permita expresarse libremente sin las ataduras sociales.
Si pudíeramos aprehender la expresión de las emociones así como aprendemos matemáticas, este mundo viviría más feliz, reconociendo e integrando los diferentes estadíos emocionales por los que cruzamos a lo largo del día.
Por lo anterior, una de las bases que sugeriría es la educación a nivel emocional de padres e hijos así como algunas escuelas empiezan a practicar actualmente. El ir eliminando la etiqueta de debilidad que hemos puesto a este rubro de conocimiento emocional en la sociedad seguramente nos hará ir evolucionando en la sociedad.
Sin embargo, al ser este un objetivo a largo plazo deberíamos empezar por reconocer nuestras propias emociones e iniciar a trabajarlas para que mediante una comprensión de las mismas, vayamos primero a nuestro círculo social cercano para ir permeando poco a poco en los siguientes niveles.
Si, con nuestro propio ejemplo y acciones como prepararte mediante cursos como este vamos aportando un poco, la siguiente generación seguramente aportará otro tanto para que logremos mantener un equilibrio entre mente, cuerpo y espíritu.
Ser congruente con nosotros mismos es la clave para mantenernos a flote en una sociedad tan exigente