Funciona para el inconsciente porque utiliza símbolos, rituales, y acciones que comunican directamente con esa parte de nuestra mente que no se rige por la lógica consciente, sino por asociaciones, imágenes y emociones a nivel profundo. Este proceso permite acceder a las emociones reprimidas, transformar cargas ocultas y sanar heridas emocionales sin necesidad de racionalizar. La intención clara, la conexión física, la repetición y el cierre son elementos clave para que el acto simbólico sea efectivo y genere un cambio real en la psique.