Los dientes guardan memorias de dos tipos: las innatas, heredadas por nuestros ancestros y las adquiridas durante la vida por conflictos emocionales no resueltos. Dentro de los conflictos no resueltos más comunes están: la desvalorización, la ira, la rabia, la traición, la frustración, el miedo, la separación, el desamor, el engaño, el rechazo, el abandono, la sumisión, la injusticia, la verguenza, los secretos, etc. Otra memoria que guardan los dientes es volver a su posición original, cuando el conflicto sigue activo durante la reparación dental.
En mis dientes, las memorias que prevalecen son memorias de migración, servilismo, esclavitud, traición, infidelidad, etc.