El enfoque más prudente y seguro es el de integración consciente:
– Utilizar la medicina alópata para diagnóstico, intervenciones urgentes, y tratamientos bien establecidos.
– Utilizar la NMG o biodesprogramación como herramientas complementarias para trabajar el conflicto emocional subyacente, apoyar el proceso de curación y aumentar la conciencia corporal.
Esto evita el riesgo de abandonar tratamientos necesarios y, al mismo tiempo, permite atender los aspectos emocionales y simbólicos que también influyen en la salud. Atendernos solo con Medicina Germánica puede tener beneficios emocionales y permitir una mirada distinta del cuerpo, pero también puede ser riesgoso si no se toman en cuenta los límites y las situaciones donde la medicina convencional es vital. La clave está en discernir, integrar y no fanatizar: ni con la ciencia médica, ni con lo alternativo.