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El órgano que considero que en este momento refleja más mis emociones es el estómago, son varias las responsabilidades que tengo, y quise comprometerme con continuar los procesos de formación iniciando el diplomado, sin embargo, no le he podido dedicar el tiempo que quisiera, esto me ha llevado a cuestionarme sobre si fue el momento adecuado para iniciarlo, si debí esperar a tener más tiempo; de otro lado siento que el esfuerzo vale la pena, entonces esta dualidad de realizar algo que quiero, pero en condiciones diferentes a las que considero ideales, me lleva a generar dualidad, “No estoy dispuesta a renunciar a mi bocado”, y no poder digerir con tranquilidad esta situación, y se manifiesta en la gastritis.
Ya en la adultez tenía un hábito que me generaba muchísima satisfacción, y era encontrarme con mis amigas al finalizar el día, saliendo del trabajo a conversar alrededor de una taza de café y una porción de torta, preferiblemente de chocolate, me sentía muy feliz haciendo esto, debía ser café con una torta, no me sentía satisfecha si era un pastel de pollo, u otra cosa de sal. Posteriormente, cuando empecé a realizar un análisis sobre mi consumo de dulce, encontré que hacer esto me evocaba cuando era niña, y mi madre nos daba hacia las seis de la tarde, un café con algo de acompañante, de preferencia un trozo de torta, ahí evidencié que cada vez que me sentaba con mis amigas, me estaba encontrando con la emoción que sentía de niña con mi madre, es decir, había desarrollado una conexión neuronal que me llevaba de manera rápida a ese momento, y las emociones vividas.
Entendí que en muchas ocasiones los actos que consideramos son conscientes, nos llevan a conexiones neuronales instauradas desde hace muchos años en nuestro inconsciente.
Lo positivo era que evocaba buenos recuerdos, lo no tan bueno, es que esta conexión me reforzaba mi adicción al dulce.Considero que el amor es lo que mueve el universo, amor entendido como esa fuerza que brota del corazón y que hace que los seres humanos seamos compasivos, amables, solidarios, respetuosos entre otras virtudes, con base en esto los seres humanos cuando estamos conectados con nuestra esencia, pedimos y damos amor, lo complejo desde mi perspectiva se encuentra en la desviación que se ha hecho de la palabra amor, asimilandolo o igualandolo con otros aspectos como son el apego, el enamoramiento o la dependencia emocional y que no llevan a que el ser humano se conecte con su esencia sino con otros sentimientos; esta desconexión en ocasiones se da por las vivencias que hemos tenidos en las diferentes etapas de la vida, y que van construyendo nuestro sistema de creencias, por lo que el volver a conectar con nuestra esencia debe convertirse en un aspecto primordial para cada ser humano
