Si claro, muy de acuerdo. En definitiva, el conocimiento de las leyes universales provee de recursos valiosos para el manejo eficiente de nuestras emociones, pensamientos, comportamientos y energía. Esto nos permite reconocer que no hay actos que sean negativos o positivos, solamente polos de una misma situación con caracteristicas y frecuencias distintas, pero que todo eso somos y necesitamos expresarlo de una forma agradable; y que en ambos polos, se obtiene un enorme aprendizaje, lo cual brinda resultados necesarios para el crecimiento de cada ser humano que tiene contacto con esta sabiduría. Cuando exprimes una naranja, no sale jugo de manzana, va a salir solo lo que se tenga dentro, por lo tanto, jugo de naranja. Lo mismo sucede con el ser humano, cuando alguien lo exprime o lo pone a prueba, va a salir sólo lo que tengamos dentro. Y la esencia de lo que salga de nosotros, no es responsabilidad de quién exprime, si no de lo que ya hayamos o no resuelto en nuestro interior. Si hay armonía saldrá una forma adecuada de manejar la situación, si hubiese ira, ya sabemos que saldrá de esa fruta (ser humano). Si queremos que de nuestras nuevas generaciones se expresen el amor, la resiliencia, la confianza y la felicidad, las leyes universales son hermosas herramientas para lograr esto