Todos los seres humanos tenemos una vivencia única, sin embargo, transferible (energéticamente hablando) lo cuál, infortunadamente se convierte en un circulo vicioso cuando no se tiene la consciencia de ello, ¿y cómo tenerla? si mis antecesores no tuvieron la oportunidad de conocer herramientas que les ayudaran a romper esos vicios. Si las leyes universales se enseñaran como parte del sistema educativo escolar podría llegar a más personas en edades tempranas con la intención de implantar el cuestionamiento racional de la naturaleza pero al mismo tiempo el personal en el ámbito físico, mental, emocional y espiritual para con ello poder ser capaces de identificar patrones de conducta que se encuentran en el ámbito familiar (dónde todos aprendemos o nos programamos con actitudes de otros) y que pueden sumar o restar a nosotros para nuestro día a día. En definitivo el orientar el despertar de conciencia en edades tempranas evitarían o disminuiría en gran medida que el cuerpo físico somatice síntomas secundarios a trastornos psicoemocionales que no son propiamente una enfermedad pero que se manifiestan como tal al no poder liberar el estrés que estas le ocasionan.
Es bien sabido que el conocimiento otorga poder de igual manera que no hemos logrado desarrollar el uso de las capacidades cerebrales que nos permitirían poder tener o desarrollar condiciones «sobrehumanas».
Didier Rodríguez Gil G36

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