Respuestas de foro creadas

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  • Completamente hubo una reestructuración en mis creencias.
    Me vuelvo más consciente de mi propia capacidad para auto-sanar y reitero que el diseñador de este mecanismo autónomo y auto-sustentable, es inmensamente poderoso.

    La ciencia médica evolucionaría, innovaría y lograría crear una consciencia colectiva en pro de la vida. Habría un menor índice de mortalidad, además de que la calidad de vida sería dignificada y comenzaríamos una renovación a nivel especie.
    Seríamos más capaces de entender los propios procesos del cuerpo y a lograr vibraciones más poderosas, quitando de nuestras vidas el miedo y aceptando más el amor y la compasión.
    Muchos tabúes se disiparían y se normalizaría la vida desde la paz.

    Yo opino que hay dos formas de abordar esto (el resultado dependería de la manera en que los implicados lo consideraran).
    Por una parte, podría ser perjudicial para la medicina oficial, dado el hecho de que perdería credibilidad, la industria que depende de ella colapsaría, principalmente la farmacéutica, y perdería mucha reputación. Doctores, especialistas, técnicos, enfermeros se verían afectados desde el punto de que muchos serían tachados de farsantes, vendidos, ladrones. En un supuesto caso en el que las masas comprendieran las leyes de Hamer y aceptaran fielmente en su conocimiento.
    Por otra parte, si la medicina oficial considerara a la NMG como un rama de la medicina que permitiera la innovación en el abordaje de la salud, la implementara y se asiera de ella para tratar y honrar la inteligencia sagrada de la naturaleza del cuerpo, se abriría paso a la evolución y la expansión de la consciencia a todos los niveles. Lo cual, a mi parecer llevaría a la humanidad a un despertar colectivo y una forma más sana de vivir la vida. (Gran utopía).

    Tú misma lo dijiste, «A VECES NO SOMOS CONSCIENTES». A mi parecer, la primera tarea es hacerse conscientes de lo que estás creando con tu vibración. empezar a poner especial atención a la conversación mental y a las emociones que surgen y alimentan esos pensamientos.
    Yo lo identifico al hacerme consciente de mis actitudes y comportamientos. Por ejemplo, cuando una situación no me agrada y de pronto me identifico enojada, inmediatamente me pregunto qué es lo que me molesta específicamente. Una vez que lo he determinado, me permito sentir la emoción, no la reprimo. Sin embargo, lo que sí cuido mucho es lo que empiezo a pensar. Digamos que me enojé porque mi perro se comió mi cepillo de dientes. Me enoja, es naturalmente humano. A continuación, mi mente empieza: «maldito animal, lo debería tirar a la calle. Yo no sé porqué se lo acepté al inútil de mi ex. Se hubiera largado con el perro hijodela…», y entonces mis pensamientos siguen alimentando a la emoción y te atrapa un bucle de ira que sigues rumiando por 4 horas. Y al estar vibrando en esa frecuencia, empiezas a crear más de lo mismo. Y de pronto, te pica un mosquito o se te cae el celular, y como estás súper enganchado en esa frecuencia, tu enojo sigue creciendo y creciendo. Y al rato, te dicen que te van a subir el seguro del coche y el recibo de la luz sigue extraviado y todo PARECE ir fatal (PERCEPCIÓN).
    En un segundo escenario, digamos que el perro mastica el cepillo y te enojas, lo regañas y controlas tu conversación interna. Quizás piensas, «ay este animal…», y le paras. Comprendes desde la neutralidad que es un animal, y que actúa por instintos y en total inconsciencia en su nivel de animal. Recoges el cepillo, lo desechas, lo llevas a su espacio y continuas con tus actividades entendiendo desde la consciencia que es un animal. Y entonces, el piquete del mosquito, y el celular en el suelo, y el aumento del seguro y el recibo de la luz, no impactan en tu vida desde el enojo. Simplemente lo aceptas sin tratar de controlar todo y agradeces por aquello que quizás aún no comprendes y te mantienes vibrando en paz.
    En lugar de vibrar bajito a 150 (enojo), vibras a 600 (paz). Y probablemente, el siguiente instante que empieces a crear sea celestial. c:

    En conclusión, HACERME CONSCIENTE DE MI CONVERSACIÓN INTERNA es la manera en la que identifico mi vibración. Y la herramienta que uso es la OBSERVACIÓN.
    (cualquier parecido con la realidad NO ES COINCIDENCIA) <:

    En primera instancia, la observación es el fundamento de la consciencia. Cuando hemos detectado y nos hemos hecho conscientes de los procesos de nuestra existencia, es cuando nos volvemos capaces de generar una transformación. Considerando esta primera afirmación, encontramos la intervención de las leyes: mentalismo, correspondencia, vibración, ritmo, polaridad, causa y efecto y generación.
    El mentalismo responde a la idea concebida primeramente, la claridad sobre la inconsciencia.
    La correspondencia aplica en el entendimiento de que si ordeno mi interior, mi exterior de igual manera aplicará un orden.
    La vibración de mi despertar implicaría cambios y movimientos.
    El ritmo obedece a esos cambios generados, antes mencionados.
    La polaridad se halla en el supuesto de que la observación permitiría avanzar en las escalas de la inconsciencia a la conciencia. Iluminando con discernimiento la oscuridad de mi ser interior.
    La causa, que tendría lugar en el proceso intrínsecamente, deriva en un efecto que se comenzaría a gestar notoriamente.
    La generación, en un principio creativo (femenino) llevado a la acción (masculino), concebiría el resultado final plasmado en la vida misma y la mutación que abriría paso a una nueva realidad personal.

    Considero que si un niño fuera capaz de entender los principios que rigen el universo, le sería otorgado un poder maravilloso.
    A mi parecer, este conocimiento, aunque es profundo, es también digerible, incluso a una edad muy temprana. Nuestro universo responde altamente a todas estas leyes, puesto que es a través de ellas que todo funciona. Decía Leonardo DaVinci, para entender la vida, es suficiente con observar la naturaleza. Por lo tanto, si un niño fuese enseñado a observar el mundo y aprender sus leyes, comprendería incluso de una manera más interactiva cómo es que funcionan y sobretodo cómo aplicarlas en su propia vida.

    Con respecto a este tema yo descubrí una creencia limitante en relación al dinero que me generaba además un sufrimiento y una carga energética muy densa y pesada. No solo pensaba, sino que sentía que si GASTABA mi dinero para comprar lo que fuera, incluso comida, se me iba a terminar y me generaba tanto preocupación como estrés el hecho de sacar mi cartera para pagar una cuenta. Hacerme consciente de ello, me hizo en primer lugar CAMBIAR MI NARRATIVA. Dejé de utilizar la palabra GASTAR, que para mí implicaba una denotación muy agresiva: DETERIORAR CON EL USO. Le ponía a mi intención de disponer de mis recursos económicos una fuerte carga mental. Posteriormente, trabajé también con la emoción que surgía. Comencé a repetirme un mantra que resonó mucho mejor conmigo e incluso me habilitó para abrirme a la auto-confianza y a la responsabilidad como entidad creadora: «Puedo utilizar mis recursos financieros, porque soy capaz de crear más». Esta nueva frase, me empoderó grandemente. Comencé a ver cómo creaba abundancia y qué bien se sentía saberme la creadora. Nunca más volví a temer o preocuparme por disponer de esta herramienta, porque me he demostrado a mí misma que tengo el poder y la elección sobre mi dinero.

    Personalmente, esta pregunta me llamó mucho la atención. Considero que si desde la infancia temprana nos explicaran nuestro potencial como co-creadores de nuestra realidad, el hecho de abrir nuestra consciencia y lograr generar una coherencia correcta entre nuestra mente y nuestro corazón, no sólo potenciaríamos nuestra vida, sino que además se entendería con mucha más precisión el concepto de RESPONSABILIDAD, ya que el ser seres responsables es lo que modifica ampliamente cada aspecto de nuestro universo. No solo ocuparíamos un espacio más sabio en nuestra vida, sino que el impacto en las vidas de terceros sería igual de poderoso, no sólo para humanos, además todos los elementos con los que coexistimos, animales, plantas, ecosistemas, todo lo que podemos y no podemos ver, que está incluso más allá de nuestro alcance. El hecho de ser creados con la sustancia en la MENTE del TODO, nos une en un mismo ser, porque TODO es UNO MISMO, a través de él.

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